Investigadores del Instituto Weizmann de Ciencias, en Israel, describieron en un estudio que una planta con flores amarillas llamada “Keeribos” produce compuestos activos similares a los de la planta del cannabis y podría tener usos medicinales después de que se evalúen en ensayos clínicos.
El grupo de científicos, que incluyó a los argentinos Paula Berman y Luis Alejandro de Haro, consiguieron identificar más de 40 cannabinoides en la planta Keeribos que lleva el nombre científico Helichrysum umbraculigerum.
Tras hacer diferentes experimentos de química analítica, los investigadores revelaron la serie de pasos bioquímicos que sigue la planta cuando fabrica esos compuestos. También demostraron cómo esos pasos pueden reproducirse en el laboratorio para sintetizar o incluso diseñar nuevos cannabinoides.
Los cannabinoides ya se aplican ampliamente para aliviar el dolor, las náuseas, la ansiedad y los ataques por epilepsia.
Los receptores moleculares que responden a esos compuestos son comunes en los seres humanos, no sólo en el cerebro sino también en todo el cuerpo. Eso sugiere que los cannabinoides que se unen a ellos podrían utilizarse para tratar otras enfermedades que afectan a los seres humanos.
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