En pocos segundos, la máquina Stardust, fabricada por Sorting Robotics (con base en Van Nuys), cubre 30 porros con una dosis extra de THC, el compuesto de la marihuana responsable de sus efectos psicoactivos. En una hora, Stardust, junto con su operador humano, puede despachar unos mil porros listos para consumir.
«Esta máquina produce más que diez personas», asegura James Kim, CEO y cofundador de Stiiizy, parado junto a la Stardust a principios de abril. A pocos metros, en otra sala, unos 140 empleados se reparten en 14 mesas. Cada uno moja los porros a mano en un adhesivo con terpenos y los revuelca en una pila de kief. Aunque Stiiizy todavía no planea reemplazar a sus trabajadores, Kim sí imagina un futuro donde todas las unidades salgan hechas por robots. «La robótica es el futuro, pero el futuro no es hoy», dice. «Podría llevar mucho más tiempo», agrega.
Ese camino lo viene marcando Sorting Robotics, la empresa que fundaron en 2019 Nohtal Partansky (actual CEO), Cassio Santos (CTO) y Sean Lawlor, quien fue jefe de operaciones hasta que dejó la firma el año pasado. Desde entonces, vendieron unas 30 máquinas Stardust, que cuestan cerca de US$ 250.000 cada una, y cientos de otras máquinas más baratas a distintas marcas de cannabis.
La Comisión Primera de la Cámara de Representantes dio luz verde en primer debate a…
Un incremento notable en los casos de esquizofrenia relacionados con el consumo de cannabis se…
Sudáfrica prepara nuevas regulaciones para la industria del cannabis y anuncia consultas públicas para 2025,…
Unas 200 personas ocuparon este sábado el nuevo punto de consumo permitido en la Plaza…
Desde que Nueva York comenzó a otorgar licencias para abrir tiendas de marihuana para uso…
Un incremento notable en los casos de esquizofrenia relacionados con el consumo de cannabis se…