El CBD ha ganado popularidad entre los atletas debido a sus propiedades antiinflamatorias y analgésicas. Muchos lo utilizan para reducir la inflamación, aliviar el dolor y mejorar la calidad del sueño, factores esenciales para el rendimiento deportivo.
La Agencia Mundial Antidopaje (AMA) permite su uso desde 2018, diferenciándolo del THC (el principal compuesto psicoactivo del cannabis), que sigue sin estar permitido en el deporte de élite, aunque su consumo cada vez está regulado y despenalizado en más países.
Beneficios del CBD y precauciones
El uso de CBD en el deporte de élite presenta ventajas considerables. Muchos atletas lo emplean como alternativa a los analgésicos tradicionales, que pueden tener efectos secundarios adversos. Sin embargo, a pesar de su legalidad, los deportistas deben ser cautelosos al seleccionar productos de CBD, asegurándose de que estos no contengan trazas de THC.
Esto se debe a que el THC sigue siendo una sustancia prohibida y su presencia, aunque mínima (a partir de 150 ng/ml en orina), puede resultar en sanciones.
La historia de la atleta estadounidense Sha’Carri Richardson es un ejemplo de que estas normas han continuado aplicándose de manera estricta: Richardson dio positivo por THC y se perdió los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, a pesar de ser una de las favoritas para ganar medallas. De hecho, aquel episodio suscitó un gran debate social, y hubo muchos que cuestionaron aquella sanción, especialmente en su país.