El cannabidiol (CBD), un cannabinoide no intoxicante, se ha convertido en una de las estrellas más visibles de la industria del cannabis gracias a sus supuestos beneficios médicos, en especial su capacidad para aliviar la ansiedad.
La legalización de productos derivados del cáñamo en Estados Unidos (con ≤0.3 % de THC) ha abierto la puerta a un mercado multimillonario que crece a gran velocidad.
Sin embargo, mientras la oferta de aceites, gomitas y cápsulas se multiplica, la mayoría de las promesas terapéuticas siguen careciendo de respaldo científico sólido. Este desajuste entre la evidencia clínica y la mercadotecnia no solo plantea un reto para consumidores y reguladores, sino también una oportunidad estratégica para los países que apuesten por investigación seria y productos estandarizados.
En este contexto, un reciente estudio clínico realizado por investigadores de la Facultad de Medicina de Harvard ha demostrado que el cannabidiol (CBD), puede reducir significativamente los síntomas de ansiedad en tan solo una semana de uso. El ensayo clínico abierto incluyó a 12 adultos con ansiedad moderada a severa, quienes se abstuvieron de consumir cannabis psicoactiva durante el estudio.
Los participantes se autoadministraron una solución sublingual de CBD de espectro completo, con 30 mg diarios, durante seis semanas. Los resultados mostraron mejoras notables en los síntomas de ansiedad, sueño, estado de ánimo, calidad de vida, función cognitiva y memoria, con pocos efectos secundarios reportados y sin eventos adversos graves.