Un estudio publicado en el Journal of the International Neuropsychological Society evaluó a 540 personas de 55 años o más y no halló diferencias en pruebas neuropsicológicas entre quienes habían consumido cannabis en los seis meses previos y quienes no.
El trabajo, liderado por un equipo de la Universidad de Michigan, analiza cinco dominios cognitivos y aporta evidencia contra los estigmas relacionados con el uso del cannabis en la vejez.
El artículo detalló que aproximadamente un 11% de las y los participantes reportó consumo reciente de cannabis, con una mediana de frecuencia situada entre 2 y 4 veces al mes. Todas las personas completaron una batería neuropsicológica y una encuesta estandarizada sobre uso de cannabis. Los autores aplicaron análisis transversales tradicionales y técnicas de inferencia causal para controlar diferencias entre grupos.
Análisis
Los resultados indican que no se observaron diferencias de rendimiento entre usuarios recientes y no consumidores en cuestiones como velocidad/funciones ejecutivas, habilidades visuales, atención, lenguaje y memoria. Esto sugiere que, al menos en patrones de uso de baja frecuencia, el cannabis en edades avanzadas no se asocia con un deterioro detectable en pruebas de desempeño cognitivo.
Entre quienes reportaron consumo reciente, las personas con puntuaciones elevadas en el CUDIT‑R (indicativas de riesgo de trastorno por consumo de cannabis) tendieron a rendir peor en memoria. Este hallazgo no contradice el resultado general, pero recuerda que los problemas se vinculan más con patrones problemáticos de uso que con el hecho de usar en sí mismo. Los autores insisten en que faltan datos clave (historial de uso, proporción THC/CBD, vías de administración) y en la necesidad de seguimiento longitudinal para clarificar trayectorias.