Nuevos datos oficiales de la Office of Drug Control (ODC) muestran que Australia cerró 2024 con importaciones de cannabis en 77.406 kilos, exportaciones en 3.312 kilos y una producción doméstica que alcanzó los 41.328 kilos.
Las cifras, publicadas a fines de septiembre, confirman un mercado medicinal en rápida maduración y con creciente integración internacional.
El salto de las importaciones en cuatro años ha sido significativo, pasando de 7.306 kilos en 2021 a 77.406 kilos en 2024. En este contexto, Canadá se consolidó como el principal proveedor con 62.111 kilos en el último año, seguido por Sudáfrica, Dinamarca, Nueva Zelanda y Tailandia.
La ODC precisa que estos movimientos se realizan bajo los reglamentos de importación y en el marco de la Convención Única de 1961, lo que habla de un circuito formalizado que abastece la demanda interna de preparados y cogollos de marihuana para uso médico.
Aunque de menor volumen que las compras, las exportaciones también crecieron y pasaron de 1.426 kilos en 2021 a 3.312 kilos en 2024. Alemania se mantuvo como destino clave, con envíos constantes a lo largo del periodo y el segundo mercado de destino ha sido Nueva Zelanda. El aumento puede entenderse como un logro de los productores australianos, quienes han alcanzado estándares de calidad y cumplimiento que les permiten competir en mercados con regulaciones exigentes.
La capacidad productiva local también se expandió. En 2021, Australia reportó 16.700 kilos de cannabis producido bajo licencia y para 2024 la cifra más que se duplicó alcanzando los 41.328 kilos. A la par, los stocks domésticos alcanzaron un máximo de 38.206 kilos a 31 de diciembre de 2024, mientras que el stock importado en país se situó en 18.101 kilos. Este acopio indica planificación industrial y asegura continuidad de suministro ante eventuales cuellos de botella logísticos.