Un nuevo estudio de la Universidad Northwestern, en Illinois, Estados Unidos, encontró que el consumo de cannabis está vinculado a cambios epigenéticos —modificaciones que no alteran el ADN pero sí afectan cómo se expresan los genes.
Aunque la marihuana no reescribe tu código genético, podría estar haciendo anotaciones en los márgenes. El estudio, liderado por la epidemióloga Lifang Hou, siguió durante dos décadas a más de 1.000 adultos que reportaron con qué frecuencia usaban cannabis y ofrecieron muestras de sangre en los años 15 y 20.
Los investigadores no buscaban mutaciones ni daño genético, sino alteraciones en la metilación del ADN, un proceso en el que grupos químicos se adhieren al material genético y activan o silencian ciertos genes. Es como subrayar o tachar frases en un manual: la información sigue ahí, pero cuesta más acceder a ella.
El equipo identificó 31 marcadores epigenéticos asociados al uso acumulado de cannabis en el año 15 del estudio, y 16 en el año 20. También detectaron decenas de marcadores relacionados con el consumo reciente: 22 en el año 15 y hasta 132 en el año 20. Algunos de estos marcadores ya habían sido vinculados a funciones inmunológicas, regulación hormonal, esquizofrenia, trastorno bipolar y uso de otras sustancias.