El fresh frozen es una técnica que gana terreno en los mercados regulados de cannabis por su capacidad de conservar terpenos y compuestos aromáticos.
La práctica consiste en congelar el material vegetal justo tras la cosecha, evitando el deterioro postcosecha.
Congelar cannabis en lugar de secarlo y curarlo de forma tradicional parece una inversión del proceso habitual. Sin embargo, en el ámbito de los extractos de alta calidad, esta técnica conocida como fresh frozen se ha consolidado como un recurso clave para preservar el perfil químico de la planta en su punto óptimo.
El objetivo es evitar la volatilización de terpenos y la oxidación de compuestos antes de que el tiempo los degrade.
El procedimiento implica cortar la planta, embolsarla al vacío y se lleva al congelador en cuestión de minutos. A partir de ese material congelado se elaboran extractos como el «live resin» o el «live rosin», que se distinguen por ofrecer una experiencia más fiel a la flor viva en sabor y aroma. Mientras el primero se obtiene mediante solventes como el butano, el segundo se extrae aplicando presión y calor controlado.
