Elizabeth Stuyt, médica psiquiatra especialista en adicciones, en un estudio publicado por Missouri Medicine, lanza una alerta acerca de los efectos del cannabis de alta potencia.
“El contenido de THC en la marihuana ha aumentado más de un 200% en las últimas dos décadas, alcanzando niveles que nunca antes se habían visto y que carecen de respaldo científico para su uso médico”.
Según Stuyt, “antes de la década de 1990, el contenido de THC era inferior al 2%”. En los años noventa subió al 4% y, entre 1995 y 2015, se registró un aumento del 212% en su concentración.
En 2017, variedades populares como Girl Scout Cookie ya alcanzaban entre 17% y 28% de THC, mientras que los productos concentrados (aceites, shatter, dab, comestibles) pueden llegar al 95%.
“El propósito de estos productos es provocar un estado de euforia, y el aumento de su potencia los hace potencialmente más peligrosos y con mayor probabilidad de generar adicción”, advierte la especialista.