La prevalencia del consumo de cannabis durante el embarazo está aumentando rápidamente, especialmente durante el primer trimestre, que es cuando el feto es más vulnerable a cualquier tipo de exposición ambiental. Sin embargo, el uso de cualquier forma de marihuana puede afectar el crecimiento y el desarrollo del feto, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC).
Ahora, un nuevo estudio desarrollado por científicos de la Oregon Health & Science University (OHSU) y publicado en la revista Clinical Epigenetics, ha arrojado luz sobre un tema que, hasta ahora, ha permanecido envuelto en gran medida en la incertidumbre debido a la falta de datos sobre la seguridad del consumo prenatal de cannabis.
Sus conclusiones exponen que el consumo de tetrahidrocannabinol (THC) durante el embarazo podría potencialmente alterar el curso normal del desarrollo fetal, con implicaciones para la salud de por vida de la descendencia.
El estudio se realizó en un modelo de primates no humanos a los que administraron THC en un comestible diario y compararon los efectos con un grupo de control que recibió directamente un placebo.
Consecuencias preocupantes
Los investigadores encontraron que la exposición diaria a THC mostró cambios epigenéticos significativos en áreas clave relacionadas con el desarrollo prenatal, incluida la placenta y el cerebro, el corazón y los pulmones del feto.
Esto es, los científicos descubrieron que la exposición al THC alteró el epigenoma placentario y fetal, cambios que son consistentes con condiciones neuroconductuales comunes como el trastorno del espectro autista.
La droga provocaba modificaciones químicas del ADN responsables de la regulación y expresión de los genes, lo que les dice a los genes qué hacer, dónde y cuándo hacer algo. Cualquier impacto en el epigenoma especialmente en esta etapa crítica del embarazo, es muy preocupante, concluyen los expertos.