Cuando vivía en Canadá, el empresario uruguayo Gonzalo Aguiar supo mostrarle a inversores de ese país sus dotes de emprendedor.
Les habló –y los convenció– de que Uruguay sería el lugar ideal para desarrollar un proyecto comercial relacionado a una planta de cannabis. Les contó que podían tener beneficios impositivos si se dedicaban a invertir y se puso a la orden para dirigir la empresa de cannabis.
La planta se inauguró en 2020 en el departamento de Salto y, si bien al comienzo todo parecía un éxito, Aguiar comenzó a mentirle a los inversionistas mientras llevaba una vida de lujo. En realidad, era todo una estafa. La instalación de una de las industrias del rubro más grandes de la región había ilusionado al gobierno, pero la actividad disminuyó y los trabajadores fueron despedidos por WhatsApp.
Y luego la historia tuvo un giro inesperado. Aguiar, el hombre que se había ganado la confianza de los canadienses, se compró una de las mansiones más grandes de Punta del Este. Y allí mismo fue asesinado a balazos por su ex pareja.
Y mientras avanzan varias causas judiciales, tanto por el asesinato del empresario como por presuntas estafas a inversores canadienses, la empresa Boreal puso a la venta la planta de cannabis medicional con el objetivo de saldar las deudas generadas a partir de la maniobra que derivó en el cierre de las firmas. Después de varios intentos, este martes se concretó el remate de la planta de cáñamo, según informó el noticiero Telenoche de Canal 4.