Vestidas como monjas, un grupo de cinco mujeres en México forman parte del grupo internacional Hermanas del Valle.
El grupo fue fundado en 2014 por activistas que buscaban quitarle el estigma al cannabis y unir sus conocimientos ancestrales para promover el uso medicinal.
Su fundadora en México se hace llamar “Hermana Camilla” y prefiere no dar su nombre. Creció en un hogar evangélico pero lo abandonó a los 16 años debido, en parte, al estricto código religioso de su madre.
La relación entre ambas se volvió aún más tensa cuando fundó Hermanas del Valle México.
En un país donde aproximadamente el 75% de la población es católica y la marihuana aún se encuentra en una zona legal gris, las Hermanas del Valle aprovechan su imagen para llamar la atención y dar su mensaje.
“Cuando la gente nos voltea a ver el morbo de ver a unas monjas con un porro o en un evento, como una exposición de marihuana, captamos su atención y podemos enviar el mensaje que queremos dar. Siempre aclarando que no estamos en contra ni en conflicto con cualquier religión”, explicó la Hermana Kika, miembro de Hermanas del Valle y secretaria de la iglesia.
Fuente: Infobae