“Ni el porro te hace malo ni leer la Biblia te hace santo”. Una chica recorre la plaza del Congreso con un cartón pintado que expone la hipocresía de estos tiempos.
Mientras Alemania acaba de regular el uso adulto de la marihuana y Estados Unidos piensa en bajar el nivel de peligrosidad del cannabis en las listas de sustancias prohibidas -para poder avanzar hacia el paradigma del país europeo-, el gobierno argentino apunta al sentido contrario y se encamina a restringir el uso medicinal y productivo de esta planta milenaria, tal como adelantó Infobae semanas atrás.
Por eso este sábado, en la tradicional Marcha Mundial de la Marihuana, miles de personas se manifestaron en ciudades de todo el país para reclamar una nueva ley de drogas, que ubique al usuario de cannabis mínimamente en el mismo lugar que el fumador de tabaco o los consumidores de alcohol.
Es decir, lejos de la criminalización. Más allá del reclamo básico de todas las marchas desde hace casi dos décadas, el tema sobre el que se puso énfasis fue el riesgo que corre el registro de usuarios del Programa Cannabis del ministerio de Salud, gracias al cual 170 mil personas pueden cultivar plantas en sus casas para uso terapéutico. Por eso muchos levantaron carteles advirtiendo: “El Reprocann no se toca”.
Fuente: Infobae