La Ley para la Regulación del Cannabis, aprobada por el Senado de la República y que será analizada en febrero próximo por la Cámara de Diputados contiene disposiciones que dejarían el nuevo mercado en manos de grandes compañías y marginarían a los productores campesinos mexicanos que hoy trabajan clandestinamente para el narcotráfico.
Especialistas advierten que la reforma, tal cual se aprobó por la Cámara alta, dejará fuera del mercado legal de la mariguana a los pequeños agricultores mexicanos al exigirles la trazabilidad de sus semillas para rastrear su ruta desde que se cosecha hasta que llega al punto de venta en forma de producto final.
Estos sistemas suelen ser caros y complejos, lo que imposibilitaría a muchos agricultores cumplir con el requisito.
Un análisis técnico de la minuta aprobada por el Senado, hecha por la organización México Unido contra la Delincuencia, expone que los empaques que exige la ley hará imposible a estos grupos participar de la actividad económica, ya que deben ser “elaborados preferentemente con materiales sostenibles, reciclables, biodegradables y compostales, además de ser herméticos, resellables y a prueba de niñas y niños”.
La ley no contempla acompañamiento, orientación ni asesoría legal, técnica o financiera para pequeños productores y tampoco especifica si tendrán acceso a capital en condiciones que les permitan entrar, permanecer y competir en el mercado. Y para tener una licencia con fines comerciales o de transformación, deberán contar con RFC y tener una opinión positiva por el SAT en materia de impuestos.
Finalmente, hay un tema que tiene que ver con la integración vertical, es decir, que una empresa o persona que tenga permisos para cultivar, también los tenga para transformar, comercializar y exportar los productos derivados de la planta.
Con esto, advierten especialistas, se corre el riesgo de que un pequeño grupo de empresas con mucho capital tenga múltiples licencias y domine toda la cadena de valor, monopolizando el mercado.
Al poder tener licencias para sembrar, no necesitarían de los pequeños campesinos para abastecerse en tanto que estos últimos tendrían complicaciones para cumplir con todos los requisitos para adquirir licencias de transformación y venta del producto.
Para la diputada de Movimiento Ciudadano, Martha Tagle Martínez, la minuta aprobada por los senadores “está centrada en el mercado, un mercado que básicamente se ha desarrollado en Canadá y no en México, que deja de lado a los usuarios”.
Eso limitaría, dijo, a los productores mexicanos y abre las puertas a un mercado industrializado que está promoviendo la trazabilidad, que es poder identificar la semilla del cannabis hasta que llega como producto final al usuario, mediante un código de barras que permite identificar todo el proceso”.