Jamaica se estaría quedando sin marihuana. Una situación que ha empeorado durante las medidas para contener la propagación del COVID-19.
Tras la temporada de huracanes del año pasado, que destruyó los campos de marihuana llegó una sequía que empeoró aún más la situación. Y si la situación ya era mala, la pandemia la ha agudizado.
Por el toque de queda establecido a las 6 de la tarde, a los agricultores se les impide cuidar sus campos de marihuana por la noche como es habitual.
La falta de carreteras obliga a los agricultores a caminar hasta sus campos y luego a buscar agua de pozos y manantiales. Muchos no han podido cumplir con estas tareas por la noche debido al toque de queda.
Jamaica, que durante mucho tiempo se ha asociado con la marihuana, el reggae y los rastafaris, autorizó una industria de marihuana medicinal regulada y despenalizó la posesión de pequeñas cantidades de hierba en 2015.
Se supone que las personas atrapadas con 56 gramos o menos de cannabis deben pagar una pequeña multa. Ya no son arrestados ni se les registran antecedentes penales.
La isla caribeña también permite a las personas cultivar hasta cinco plantas de cannabis.
Por su parte, los rastafaris tienen permitido legalmente fumar marihuana con fines sacramentales.
Pero la aplicación de la ley es irregular. Muchos turistas y lugareños continúan comprando marihuana en la calle, donde se ha vuelto más escasa y más cara.