En 2022, Estados Unidos creó 428,059 puestos de trabajo en las diferentes localidades donde el uso de la mariguana ha sido despenalizado. El mercado de la cannabis es millonario, pero se necesita fuerza laboral que pueda trabajar en dicho sector.
El mal viaje de la mariguana en México ha sido de las autoridades y del crimen organizado. La política prohibicionista propicia una industria clandestina, criminaliza a las personas usuarias y niega el acceso a derechos, pero la falta de regulación también frena la creación de trabajos dignos, coinciden especialistas.
“Ya tenemos un reglamento para su uso medicinal y de una serie de actividades permitidas y normadas. Con ello se crea una industria emergente con potencial de generar empleos”, dice en entrevista Luis David Suárez Rodríguez, presidente de la Asociación Mexicana de Medicina Cannabinoide (Ammcann).
A la espera de una mayor regulación
A la espera de una mayor regulación, varias manos se han alzado para ingresar al negocio de la mariguana, pues el potencial de ganancias es amplio. En las proyecciones del mercado ilícito a dos años, el valor de su venta en México podría llegar a 3.8 billones de dólares, estima el Informe mundial sobre el cannabis: Crecimiento y tendencias hasta 2025.
“La regulación a medias está beneficiando a la industria y no estamos alcanzando lo que históricamente hemos pedido en la lucha por la no criminalización y los derechos de las personas usuarias”, dice Rebeca Soto, cofundadora de la colectiva Feminismo y Flow.
Esa industria, expresa, es “nuevamente de hombres blancos y adinerados. Mientras que las mujeres y las personas campesinas quedamos fuera” del mercado, de su uso y de las oportunidades laborales, agrega la activista.