Cuando la enfermedad de COVID-19 hizo su aparición en el mundo, Martha Liliana Vega mencionó que se comenzó a conocer el comportamiento del mismo, entre ello que el virus del SARS-CoV-2 penetra en la célula y produce una inflamación que desencadena las diferentes condiciones de la enfermedad: «Aquí, en Colombia la Universidad de Antioquia, más o menos en marzo-abril, publicó la noticia que había hecho la extracción del virus, purificación como tal del virus y lo habían logrado extraer. De parte de la empresa se contactó a la Universidad y se les preguntó la posibilidad de que ellos estudiaran nuestro extracto frente al virus para ver si había algún tipo de actividad», expuso.
En ese momento —agregó— contaban con toda la teoría de que sí funcionaba, pero no tenían la evidencia científica. La Universidad aceptó trabajar con dos de los extractos especiales del laboratorio, y comenzó a realizar toda la metodología, el desarrollo del método, y con ese estudio preliminar salieron los resultados de la actividad antiviral contra el COVID-19.
Mencionó que la Universidad logró extraer el virus, lo tenía aislado con base en algunas metodologías estandarizadas mundialmente. «Toman un cultivo celular, unas células específicas; las someten a nuestro extracto. El extracto se lo colocan a las células; absorben el extracto, y posteriormente las células las ponen en contacto con el virus. Ahí que lo primero que buscábamos era mirar qué porcentaje de virus lograba penetrar la célula o qué pasaba entre la célula, el virus y el extracto, todo el combo. Ahí se encontró en algunas condiciones específicas de tiempo, temperatura, de almacenamientos específicos, se encontró que el extracto de cannabis estaba protegiendo la célula en un 62 por ciento de que el virus entrara».
En ciencia, toda molécula, toda sustancia que vaya a ser probada con alguna actividad para el tratamiento de enfermedades en humanos o animales, necesita unas pruebas que se llaman de citotoxicidad.
Esas pruebas lo que buscan es verificar que el extracto, el producto o la sustancia no mate o no afecte las células sanas del cuerpo, porque si daña el virus, pero también daña las células buenas, no sería un producto viable: «Primero determinaron que no tenía actividad citotóxica en algunas presentaciones específicas, y esas concentraciones fueron las que se aplicaron a las células e hicieron el proceso de someterlas con el virus».
Martha Liliana Vega aclaró que si esas células no tuvieran el extracto, el 100 por ciento se abría contaminado: «Con el extracto, el 62 por ciento de las células quedaron protegidas. Con base en eso se estableció que tenemos un porcentaje de efectividad del 62 por ciento», destacó.
Justamente, a partir de esa efectividad, fueron comparados por parte de Universidad de Antioquia con la cloroquina, el medicamento que muchos países están utilizando para el tratamiento del COVID-19.
La cloroquina tiene una efectividad del 73 por ciento, y el extracto cannabis, en su primera fase, solo un 11 por ciento menos: «Tenemos un número muy cercano, lo que puede decir que sí tenemos una gran efectividad. Que nos falta. Sí, claro, nos falta, porque el objetivo es llegar al 90, 95 por ciento», comentó la también experta en Desarrollo y Formulación de productos para consumo humano, veterinario y cosmético.
Con base en los primero resultados, comentó que el equipo técnico del laboratorio ha estado analizando las opciones de hasta dónde podrían llegar. Martha Liliana Vega, directora de Control de Calidad en Pidekea, comentó que muchos de los medicamentos que se están utilizando actualmente para el tratamiento de COVID-19 los están usando después de que la persona ya tiene el virus, más para curar la enfermedad que para prevenirla: «Con base en nuestro estudio, nosotros estamos evaluando un producto que en lugar de curar haga una prevención. Estamos evaluando todo eso. Esta primera parte es muy inicial. Hay que continuar haciendo estudios. Nosotros estamos haciendo una purificación de nuestro extracto, y estamos aquí en Colombia trabajando con entidades gubernamentales para continuar con nuestros estudios utilizando nuestro extracto más puro, a ver si logramos pasar de ese 62 por ciento».