El mercado agroindustrial mexicano del cáñamo industrial, un tipo de cannabis no psicoactivo del que se pueden obtener productos como materiales para construcción, sustitutos del plástico, cosméticos y productos de higiene, entre otros, está en riesgo por una posible sobreregulación derivada de la Ley de Regulación del Cannabis.
El pasado 27 de julio la Comisión Nacional de Mejora Regulatoria (Conamer) publicó el proyecto de Reglamento en Materia de Control Sanitario para la Producción, Investigación y Uso Medicinal de la Cannabis y sus Derivados Farmacológicos, en el cual no se establece ninguna distinción entre la regulación aplicable a la mariguana (cannabis psicoactivo) y al cáñamo industrial (cannabis no psicoactivo).
Sin esta diferenciación se corre el riesgo que el reglamento, precedente para la Ley de Regulación del Cannabis, imponga un freno a una agroindustria que es mucho mayor que la del cannabis psicoactivo.
Por ello, en un documento enviado a la Conamer, 42 empresas y siete organizaciones sin fines de lucro hicieron un llamado para hacer las precisiones pertinentes al proyecto de reglamento, que se espera sea publicado en el Diario Oficial de la Federación (DOF) a mediados de septiembre, para no afectar a la industria del cáñamo.
En dicho proyecto, dicha materia prima es definida como un “producto fibroso elaborado de las plantas de cannabis sativa macho, sin flores o frutos, que no contenga más de 1 por ciento de tetrahidrocannabinol”; sin embargo no se hace la especificación de que se trata de un cannabis no psicoactivo.
“Esta falta de distinción provoca que la regulación sanitaria pueda ser interpretada de manera restrictiva para el cáñamo, al que no debería dársele el tratamiento de un insumo para la salud establecido en el artículo 194 Bis de la Ley General de Salud, pues al no ser psicoactivo y dado que el cáñamo puede tener un sinfín de aplicaciones industriales, regularlo no es competencia ni de Cofepris ni de la Secretaría de Salud”, argumenta el documento.
Además, explican las empresas y organizaciones, esta materia prima debe regularse de tal forma que pueda convertirse en una alternativa económica para pequeños y medianos agricultores mexicanos.