El uso de cannabis que se remonta a 8.000 años AC en la antigua Mesopotamia y a 4.000 años A.C. en China y Kazajstán. Se estima que hasta el siglo XIX, el 80% de las telas, velas y cuerdas se fabricaban con cáñamo.
También, se pudo relacionar el cannabis con aspectos religiosos. En el Pen Ts’ao Ching (farmacopea china) esta sustancia puede hacer que el usuario vea demonios si se consume en exceso.
Por otra parte, en la India, se utilizaba en celebraciones religiosas y como parte de la medicina ayurvédica. Otra cosa que se creía era que el cannabis combinado con ginseng ayudaba a quienes practicaban necromancia a alcanzar poderes premonitorios y la iluminación del ser.
Durante la Edad Media, la Iglesia católica demonizó el uso del cannabis y otras medicinas a base de hierbas en Europa. Pero, con el tiempo fueron desarrollando intereses científicos en la planta.
A finales del siglo XVIII y principios del XIX, científicos franceses estudiaron el hachís en Egipto, y autores famosos como Baudelaire y Hugo lo utilizaron.
Incluso, el médico irlandés William Brooke O’Shaughnessy registró su uso en el tratamiento del dolor y otras enfermedades infecciosas en el siglo XIX.
Para profundizar en esta cuestión los investigadores Gabriel Vitor de Lima Marques y Renata Barbosa de Oliveira del Departamento de Productos Farmacéuticos de la Universidad Federal de Minas Gerais, publicaron en European Journal for Chemistry, un artículo titulado ‘De las antiguas reliquias asiáticas a la contemporaneidad: una revisión de los aspectos históricos y químicos del Cannabis’.