Varios estudios clínicos han encontrado que los cannabinoides reducen la presión intraocular por lo que pueden ser usados como alternativa de medicamentos convencionales para el glaucoma.
Esto influye en que la percepción pública de la marihuana sea en su mayoría positiva en cuanto a sus efectos en la vista.
Sin embargo, una nueva investigación proporciona evidencia de cambios en la función visual asociados con el consumo de cannabis.
Un estudio español a pequeña escala, publicado en la revista Nature cuantificó los efectos adversos significativos en los sistemas visuales de los sujetos después de fumar cannabis, incluyendo a la sensibilidad al contraste y agudeza visual deteriorada.
La evidencia reveló el alcance total de la distorsión sensorial que ocurre con el cannabis y enfatiza los riesgos de consumir esta sustancia y participar en tareas cotidianas comunes como conducir.
En el marco del estudio, 31 voluntarios fueron sometidos a una serie de pruebas visuales antes y después del consumo de esta planta.
Los participantes también llenaron un cuestionario sobre la calidad visual autopercibida utilizando una escala de cuatro puntos.
La evaluación incluyó la agudeza visual, la agudeza estereoscópica (la capacidad de percibir la distancia mínima posible entre un objeto que está superpuesto en el espacio a otro), la respuesta acomodativa (al variar la distancia del punto de fijación) y el rendimiento de la visión nocturna.
El estudio determinó una agudeza visual binocular más baja y una sensibilidad al contraste más pobre, así como un aumento de la luz difusa intraocular en más del 9 % después del consumo de marihuana.
Además, los investigadores encontraron diferencias significativas en la respuesta acomodativa y la estereoagudeza deteriorada, 50 % peor en visión de cerca y 213 % peor en visión de lejos.