El cannabis es una de las drogas más consumidas del mundo. Aunque sólo hay unos pocos países en los que es legal para uso recreativo, muchos más han legalizado su consumo por razones médicas.
Reducir el dolor es una de las razones más comunes por las que la gente dice consumir cannabis medicinal. Según una encuesta nacional estadounidense, al 17 % de los encuestados que habían declarado haber consumido cannabis en el último año se les había recetado cannabis medicinal.
En lo que respecta a la automedicación, las cifras son aún más elevadas: se calcula que entre el 17 y el 30 % de los adultos de Norteamérica, Europa y Australia afirman consumirlo para controlar el dolor.
Aunque el cannabis (y los productos derivados del cannabis, como el CBD) puede utilizarse ampliamente para reducir el dolor, aún no está clara su eficacia real.
Esto es lo que pretendía descubrir nuestra reciente revisión sistemática y metaanálisis. Nuestro estudio, publicado en el Journal of the American Medical Association, sugiere que el cannabis no es mejor para aliviar el dolor que un placebo.
Tratamiento
Para realizar el estudio, se analizaron los resultados de ensayos controlados aleatorios en los que se comparó el cannabis con un placebo para el tratamiento del dolor clínico.
Se incluyeron específicamente estudios que comparaban el cambio en la intensidad del dolor antes y después del tratamiento. En total, se analizaron 20 estudios en los que participaron casi 1.500 personas.
Los estudios que incluimos analizaron una variedad de dolencias diferentes (como el dolor neuropático, causado por daños en los nervios, y la esclerosis múltiple) y tipos de productos de cannabis, incluidos el THC, el CBD y el cannabis sintético (como la nabilona). Estos tratamientos se administraron de diversas formas, como pastillas, aerosoles, aceites y fumados.