El cannabidiol (CBD) es uno de los diversos componentes químicos llamados cannabinoides que se encuentra en la planta de cannabis.
Otro cannabinoide es el delta-9-tetrahidrocannabinol (THC), el componente en la marihuana que droga a las personas.
El CBD es extraído de la planta de cannabis y se agrega a aceites, cremas y bálsamos, líquidos para vapear, píldoras e incluso dulces como mentas y gomitas.
Normalmente la formulación usual del CBD viene en presentación de aceite, pero también lo encuentras como extracto, líquido vaporizado o en cápsulas.
Además de que ya alimentos, bebidas o hasta productos de cuidado y belleza pueden contenerlo.
Según algunas clínicas, el único producto aprobado por la FDA de CBD es el Epidiolex, un aceite purificado de prescripción para el tratamiento de varios padecimientos como epilepsia, esquizofrenia, Parkinson, diabetes, esclerosis múltiple, ansiedad, entre otros.
Y aunque plantean que normalmente es bien tolerado, hay efectos secundarios a considerar con su uso tales como boca seca, diarrea, apetito reducido, somnolencia, fatiga y también puede interaccionar con otros medicamentos que estés tomando.
A veces la pureza de los productos puede no ser la que declaren los comerciantes ya que hay estudios de productos, como el publicado en el Journal of the American Medical Association en el 2017 que reportó que de 84 de ellos comprados en línea solamente 26 poseían la cantidad de CBD declarada en su etiqueta e incluso, hasta algunos de ellos contenían THC.
Otro riesgo, tiene que ver con su método de extracción que normalmente es más seguro cuando se hace con etanol pero muchas veces los productores hacen uso de propano, hexano, pentano o butano que son más baratos con lo cual pueden quedar residuos tóxicos en ellos.