Países Bajos implementó este lunes en otras ocho ciudades la iniciativa que permite consumir cannabis legalmente, un experimento con el que las autoridades buscan reducir la criminalidad y los problemas sociales relacionados con esta droga.
A diferencia de lo que se cree en el extranjero, la venta y consumo de hachís, hierba y sus derivados no son legales en Países Bajos, donde desde hace años sus famosos «coffeeshops» atraen a fumadores de cannabis de todo el mundo.
Hasta ahora era totalmente ilegal cultivar cannabis en el país o suministrarla a los populares establecimientos de venta y consumo.
Por ello, toda la cadena de suministro de los cerca de 570 «coffeeshops» en el país ha funcionado en la clandestinidad durante décadas.
Con esta iniciativa, las autoridades buscan reducir la pequeña delincuencia y el comportamiento antisocial vinculados a esta droga.
El experimento empezó el año pasado en Breda y Tilburgo, en el sur, y se extendió a partir de este lunes a otras ocho ciudades, entre ellas, Maastricht, fronteriza con Bélgica, y Groninga, en el norte.