Durante toda la Antigüedad, y en particular bajo el dominio romano, diversos tipos de droga circularon libremente por el Mediterráneo. Las más comunes eran el opio y el cannabis que las consumían los plebeyos y emperadores.
El consumo de estas sustancias nunca estuvo perseguido, salvo en casos donde se utilizaran como venenos para dañar o matar a alguien.
En la Antigüedad, lo que hoy denominamos drogas estaban en una categoría más amplia de “fármacos” o “medicamentos”.
Estas sustancias naturales producían determinados efectos en las personas y se clasificaban según los Tratados hipocráticos como “sustancias que actuaban enfriando, calentando, secando, humedeciendo, contrayendo y relajando o provocando somnolencia”. Por ello, estas drogas se usaban comúnmente como relajantes, medicinas y pócimas.